QUE HAY BAJO NUESTRO SUBSUELO
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Minas y contraminas de la entrada principal. |
francamente, no me explico como y por que la tacita no hadedicado su esfuerzo a investigar una parte importante de su pasado, a través de los innumerables pasadizos, subterráneos, entradas y salidas secretas que existen a lo largo y lo ancho de la ciudad desde que esta existe.
Minas y contraminas de hacienda. |
no cabe hacer suposiciones en esta materia. la riqueza que los conocimientos y los hallazgos de nuestro subsuelo puede reportarnos, kilometros en total, los que en ellos se encierra. tal vez tesoros ocultos yacen alli. objetos de arte, monedas, documentos valiosos, una parte viva, pero enterrada, de la historia de la capital, porque dada su fisonomia y sus carasteristicas especiales, su pasado trancurrio hasta no hace muchos años apoyado en buena parte en la existencia de cavernas y pasadizos artificiales, por los que era facil escapar, o entrar de matute, efetuar reuniones secretas, conciliabulos misteriosos..... en suma, parte de la historia gaditana permanece aqui, bajo nuestros propios pies, esperando que se desentierre, que se l conozca, que se liberen sus secretos.
Minas y contraminas en punta de la vaca. |
desconosco, como la mayor parte de ustedes, por no decir todos, cuanto positivo y fundamentado hay sobre el particular. si existe algun libro antiguo que trate del tema, estudios sobre el, alusiones concretas.
suponemos que de todo ello debe de haver testimonios dispersos por aqui y alla. posiblemente en la documentacion de organismos y entidades, de algunas casas particulares importantes. me parese mentira que este tema , tan viejo y tan gaditano, de los formidables subterraneos, del subsuelo taladrado que posee la ciudad, no haya suscitado alguna vez el interes de los eruditos, de los investigadores, de los buscadoresde curiosidades.
Minas y contraminas en la calle tamarindos. |
¿que mundo mas curioso, sugerente y encantador todo esto? la verdad que me atrae y me apasiona adentrarme en el , conocer sus secretos y ofrecer a la curiosidad publica cuanto pueda desentrañar.
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